Foto: Félix J. García
Soñé que eras terrorista
y no te relacionabas conmigo porque
te lo impedía tu comando.
Que ponías bombas de las que yo siempre
salía ilesa porque de algún modo tú me salvabas
sin que en mí hubiera ni una sombra de sospecha.
Soñé que todo salía ardiendo a tu paso,
que eras temido y buscado,
que sacaban tu cara en todos los diarios
y no sé si era amor pero no sentí
ni un atisbo de miedo,
nada, solo un cosquilleo inmenso
cuando al fin caías rendido olvidando ideologías
y te adentrabas en mi cuerpo
teniendo en contra a toda la organización.