Hay amores que empiezan por el centrifugado
o por el techo
y nos vuelan la cabeza por su atrevimiento.
Hay amores de mayúsculas palabras
o de miradas de cielo.
Hay amores para todos los gustos:
salados, dulces, veraniegos o de invierno.
Amores enlatados o frescos
con fecha de caducidad o sin ella
podridos de antemano, silenciosos
tímidos o descarados.
Amores de un día, de un segundo
amores de autobús, de semáforo
amores de toda la vida,
de verdad y de mentira.
Hay amores como personas
feos, bonitos,
escondidos,
anchos, largos, dudosos
perfectos, raros, incompletos
y este amor que te tengo
no sé de dónde viene
ni si hay alguien más que lo tiene
no sé su duración ni sus motivos
no puedo explicarte nada
pero date por vencido pues no pienso parar hasta que caigas,
creo que lo llamaré Amor martillo.